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CM Editores, una década recuperando desde Salamanca el alma de obras irrepetibles

La editorial salmantina CM Editores cumple ahora diez años publicando facsímiles de obras de enorme valor. Un trabajo, el arte del facsímil, que permite acceder a obras que de otra manera estarían vetadas al público.

En esta década, y ya con seis colecciones a sus espaldas, el equipo de CM Editores, formado por expertos historiadores, eruditos, bibliógrafos, investigadores, traductores, fotógrafos, artesanos e incluso químicos, ha reproducido fielmente no sólo el contenido sino hasta el más mínimo matiz de obras únicas. Reproducen desde metal precioso, textura o peso de incunables, códices antiguos y libros iluminados cuyos originales son únicos en el mundo y están custodiados con las máximas medidas de conservación y seguridad en bibliotecas nacionales e internacionales entre ellas la Biblioteca Nacional de España, la Bibliothèque Municipale de Grenoble, el Monasterio de Montserrat, la Biblioteca Estatal de Baviera o la Biblioteca Apostólica Vaticana, cuya Leyenda de la Santa Faz sólo ha sido accesible para esta editorial.

Actualmente CM Editores (www.codicesmedievales.com) trabaja en sus próximos cinco retos bibliográficos, que verán la luz entre 2018 y 2020. Se trata del Libro de los muertos, texto funerario del Antiguo Egipto en papiro natural auténtico que alberga el British Museum de Londres.

Prosigue así una década entregada al arte del facsímil, cuyo pasado impreso arroja luz sobre los enigmas del presente y nos permite descubrir algunas curiosidades sorprendentes. Entre ellas, que el actual GPS se lo debemos a las correcciones matemáticas que en el siglo XVI realizara el matemático flamenco Mercator; que el Civitates Orbis Terrarum del cartógrafo Ortelius fue la primera guía de viajes de la historia; o que Durero, cansado de los escandalosos plagios de sus obras, instituyó el primer copyright de la historia del arte con la venia de Maximiliano I, Emperador del Sacro Imperio.

Desde que en 2007 Daniel Díez y Pedro Iribarnegaray, alma mater de CM Editores, comenzaran a trabajar en La Leyenda de la Santa Faz, el primer facsímil de los veinte códices y libros iluminados que a lo largo de esta década ha publicado la editorial española con proyección internacional, las premisas han sido incuestionables.

Cada facsímil de cada códice medieval, de cada libro de grabados, de cada manuscrito, de cada incunable y de cada libro iluminado, debería ser perfecta y fidedigna hasta en el más mínimo detalle. Tanto que incluso especialistas que custodian las obras originales han llegado a afirmar que el volumen que tenían en sus manos era pergamino antiguo (y no pergaminata). No en vano, bibliófilos, coleccionistas y amantes del arte demandan sus obras desde Centroeuropa, Francia, Portugal o Brasil.

El trabajo que conlleva la edición de una de estas obras puede prolongarse durante más de cinco años. Un tiempo justificado si tenemos en cuenta que sólo la encuadernación de un ejemplar puede demorarse dos meses.

El inicio del proceso lo marca la investigación y localización del original a través de diversas fuentes, entre ellas diferentes bibliotecas de España y el extranjero, y la gestión de los diversos acuerdos burocráticos con la institución que lo posee. La “obra de arte” elegida deberá reunir diversos requisitos: interés científico, diversidad temática, singularidad, belleza, viabilidad de la reproducción, estado del original e inexistencia de facsímiles de dicha obra en el mercado.

A partir de ahí, el arduo camino se entrelaza con los derechos de imagen; el traslado del equipo fotográfico (titánico en cuanto a dimensiones); la fotomecánica; el retoque de imágenes e incluso la reproducción de antiguas manchas de humedad; la recreación de colores exactos elaborados hace siglos con pigmentos naturales; la obtención de oros; la realización de dibujos y filigranas a mano; la traducción por parte de especialistas únicos; la selección del papel con textura y gramaje exactos mediante una cata a ciegas; la curvatura de las páginas; el peso del ejemplar; la estampación de pieles; la maquetación; la impresión que siempre deberá tener en cuenta la humedad ambiental e incluso las lluvias previas y posteriores al día elegido; la encuadernación con la compleja técnica del escartaminado; el envejecimiento; los trabajos de ebanistería; la selección del terciopelo italiano; la elaboración de tejuelos y detalles… el resultado final será una joya bibliográfica que contará con su correspondiente certificado notarial y que generará la misma fascinación que se sentiría al sostener el libro original entre las manos.

No siempre son particulares los interesados en estas obras: por ejemplo, CM Editores fue la encargada de crear para el Senado una copia de La constitución de 1810, que no se llegó a promulgar. Asimismo, la Casa Sefarad Israel, con sede en Madrid, también les encargó la reproducción de un Mahzor, un libro litúrgico judío cuyo manuscrito se conserva en la Universidad de Jerusalén.

CURIOSIDADES: VOLVER AL PASADO PARA EXPLICAR EL PRESENTE

Observando libros antiguos podemos descubrir el porqué de algunas de nuestras costumbres y símbolos actuales.

Por ejemplo, la corona estrellada de la virgen María que ilustra uno de los célebres grabados de Durero, fue la inspiración del actual logotipo de la Unión Europea.

Otro ejemplo es la seducción y el exotismo que nuestro país provoca en extranjeros del siglo XXI, puesto de moda a mediados del XIX por el pintor romántico escocés David Robers, cuyas fantásticas litografías tras sus viajes a España y Tánger entre 1832-33 contribuyeron, al igual que la novela Carmen, a fomentar el magnetismo de España y Andalucía por todo el mundo. Así lo recoge el volumen España Pintoresca de David Roberts, de CM Editores.

Y un último ejemplo lo encontramos en Los viajes por España del pintor Jenaro Pérez de Villaamil, el genio que con sólo ocho años fue profesor de dibujo en la academia de San Fernando y con dieciséis topógrafo militar, y que realizó multitud de grabados de monumentos históricos, algunos ya desaparecidos tras la desamortización de Mendizábal de 1836 o las grandes reformas urbanísticas del siglo XIX, y que podemos encontrar en esta fantástica obra. Estos son tres ejemplos de cómo el arte del facsímil nos puede hacer viajar a través del tiempo y las emociones.

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