La colección facsimilar de 37 carteles del pintor malagueño ocupan la sala del Teatro Principal.
La producción creativa de Pablo Picasso se cifra en 43.000 obras. Un ingente número en el que se encuentran creaciones más reconocidas y otras que han pasado desapercibidas para el gran público. Hacia estas últimas vuelve la mirada Les Affiches Collection. Los carteles de Picasso del 1939 al 1964, que reúne 37 piezas realizadas por el artista malagueño en este periodo de tiempo y que visten las paredes de la sala del Teatro Principal hasta el 30 de agosto, que se clausurará con una charla del profesor Jesús María González de Zárate.
Está orquestada por el Ayuntamiento y la empresa Cartem, que se ha propuesto dar a conocer a artistas contemporáneos a partir de la reproducción facsimilar de sus obras. El primero en la línea de salida es el autor del Guernica y concretamente su diseño de carteles a partir de una colección particular, «la mayor que hay en España privada», de la que se han seleccionado aquellos que son primeras pruebas, es decir, llevan una doble firma.
«El objetivo es enseñar una obra no tan conocida de Picasso, que, durante este periodo parisino, más que en la pintura abunda en la cerámica, la escultura, la artesanía y en estas técnicas de linograbado, algo nuevo para él, que, como artista inquieto que era, le fascinó», explica Daniel Díez, copropietario de la citada empresa, al tiempo que llama la atención sobre la presencia de algunos motivos que después se convertirían en iconos del pintor como la paloma de la paz, realizada por primera vez para anunciar un Congreso de la Paz, o las figuras de Don Quijote y Sancho Panza.
La muestra se articula por temáticas. Las paredes se visten con carteles sobre tauromaquia, con el anuncio de corridas en distintas plazas francesas, que evidencian la pasión del pintor malagueño por el toro, que mantuvo toda su vida.
El espectador también se recrea con la paleta cromática y las grafías picassianas en carteles sobre seres mitológicos, flores y naturalezas muertas o sus propias exposiciones de alfarería y cerámica. Aparecen igualmente diseños inspirados en su infancia y retratos como los que dedica al físico y químico Frédéric Joliot-Curie o al poeta Antonio Machado.